La División Balística de la Policía de la Ciudad, junto a peritos de la querella y la defensa, llevó adelante la reconstrucción del disparo de cartucho de gas lacrimógeno que impactó en la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo en marzo pasado. La prueba se realizó en el predio del Centro Argentino de Seguridad, en General Rodríguez, con el objetivo de determinar la trayectoria y velocidad del proyectil, así como la posición y el ángulo del arma al momento del disparo.
Desde el CELS, organismo que acompaña la defensa de Grillo, explicaron que esta etapa busca establecer si el proyectil golpeó otra superficie antes de herirlo y cómo eso pudo afectar su dirección o velocidad. Mientras tanto, su padre, Fabián Grillo, informó que Pablo se someterá próximamente a una cirugía para colocarle una prótesis craneal que podría mejorar su calidad de vida y permitirle dejar de usar el casco protector.
En el plano judicial, el gendarme Héctor Guerrero, señalado como autor del disparo, fue citado a indagatoria para el 2 de septiembre. “Es evidente lo que pasó, basta con ver las imágenes”, dijo el padre del fotógrafo, quien expresó cautela pero también expectativa de que el caso avance hacia un juicio.
