
El padre Marcelo Cerniato, párroco de San Luis Gonzaga de Villa Elisa, compartió recientemente en un posteo en su sitio de Facebook, un interesante relato sobre la presencia de los Capuchinos Franciscanos en la localidad. Este relato histórico nos sumerge en los inicios y la trayectoria de esta orden religiosa en la comunidad, y en el crecimiento casi a la par.
La historia se remonta al año 1911, cuando las manzanas donde se encuentran actualmente la Parroquia San Luis Gonzaga, la Escuela de Teología y el Colegio San Francisco de Asís fueron cedidas por el Arzobispado Platense, previamente donadas por la familia Castells. Sin embargo, fue en 1935 cuando los Capuchinos de O’Higgins solicitaron al Arzobispo Platense, Monseñor Alberti, la cesión de dos manzanas para la construcción de la Parroquia y la Escuela de Teología, conocida posteriormente como el Seminario «San Lorenzo de Brindisi».
Los Capuchinos Franciscanos ya tenían presencia en la localidad de O’Higgins desde 1911, contando con una iglesia y un seminario desde 1931. Muchos de los frailes que llegaron a Villa Elisa provenían del Seminario de O’Higgins. Así, el 10 de diciembre de 1936, los primeros 16 frailes capuchinos, sacerdotes, hermanos laicos y estudiantes de teología arribaron a Villa Elisa, dando inicio a las obras de construcción de la Parroquia en noviembre de 1937. Tan solo un año después, el 27 de octubre de 1939, la iglesia fue erigida como Parroquia San Luis Gonzaga de Villa Elisa, siendo encomendada a los Padres Franciscanos Capuchinos, bajo la guía de Monseñor Pascual Chimento.
La profunda huella de los Capuchinos Franciscanos en su paso por Villa Elisa
Durante su estancia en Villa Elisa, que se extendió desde 1938 hasta 1975, los Capuchinos dejaron una huella significativa en la comunidad. Durante este periodo de 37 años, llevaron a cabo la construcción de la Parroquia, la Escuela de Teología (Seminario), el Colegio San Francisco de Asís y el Salón de Actos, conocido como Cine San Francisco en 1958. Además, en 1949 fundaron el periódico «Paz y Bien», que publicaba notas de interés y noticias locales, y en 1957 establecieron el grupo Scout San Francisco de Asís.
La labor eclesiástica de los Capuchinos también se extendió a otros lugares de la zona, brindando sus servicios al Convento Santa Clara, al Convento de Nuestra Señora de la Adoración, al Hogar San Patricio, a la Quinta las Dos Teresas, al Colegio María Teresa de Pereyra y a la Capilla Santa Elena.
En 1965, los Capuchinos construyeron la Capilla Nuestra Señora de Fátima sobre terrenos donados por el Dr. José M. Terrier. La edificación contó con la mano de obra del padre Francisco y la contribución económica de vecinos y comerciantes, en su mayoría de la colectividad portuguesa.
Durante su estadía en Villa Elisa, varios sacerdotes se desempeñaron como párrocos de la comunidad. Entre ellos se destacan el padre Casiano de Goldaraz (1939-1954), el padre Ramiro Díaz (1954-1957), el padre Rodolfo Laise (1957-1960), el padre Francisco Canobel (1960-1969), el padre Jesús Hernández (1969-1972) y el padre Gabriel Magarián (1972-1975), quien fue el último párroco Capuchino Franciscano.
Cada uno de estos sacerdotes dejó su huella en Villa Elisa y en la vida de sus habitantes. Por ejemplo, el padre Casiano de Goldaraz fue el encargado de construir el Instituto de Teología y Seminario, mientras que el padre Rodolfo Laise, quien posteriormente se convertiría en Obispo de San Luis, fundó y dirigió el Colegio San Francisco de Asís en 1958.
Otro personaje destacado es el padre Francisco Canobel, cuya llegada a Villa Elisa marcó un punto de inflexión. Este párroco se involucró estrechamente con la comunidad, convirtiéndose rápidamente en un referente al que acudir en momentos de problemas eclesiales o sociales. Su labor se destacó por su dedicación a los barrios, las capillas y su colaboración con los floricultores y quinteros. En 1969, el padre Francisco se retiró de Villa Elisa y se instaló en la localidad de Chepes, en La Rioja.
El Padre Antonio Puigjané (1964 a 1967) Profesor de varias materias en el Seminario y el Colegio principalmente en la formación franciscana en el convento.
La presencia de los Capuchinos Franciscanos también se extendió al ámbito educativo. Varios miembros de la orden desempeñaron roles como directores del Colegio San Francisco de Asís, como el padre Rodolfo Laise (1957-1963), el padre Fernando Cidades (1963-1965), el padre Carlos de Villaguay (1965-1966), el padre Santos Nacelli (1966-1967), el padre José Farias (1967-1968), el padre Luis Coscia (1968-1973) y el hermano Sebastian Glasman (1974-1975).
El Colegio Secundario inició su actividad en 1962 y se convirtió en un colegio mixto en 1966, siendo el primer colegio secundario religioso mixto de la ciudad de La Plata. Asimismo, el Grupo Scout San Francisco de Asís también formó equipos mixtos en los grupos juveniles.
Esta rica historia estuvo marcada por la dedicación de numerosos frailes capuchinos que pasaron por Villa Elisa, como Jerónimo (José) Brans, Roberto, Javier, Arturo Aido Pinto y Domingo. Su vocación religiosa, su ideal franciscano y su devoción a la religión católica los llevaron a atender las necesidades concretas de la comunidad, manteniendo un estrecho contacto con los habitantes de Villa Elisa.
La presencia de los Capuchinos Franciscanos en Villa Elisa se convirtió en un legado invaluable para la comunidad, dejando una marca imborrable en la historia y en la vida de sus habitantes. Su labor en la construcción de espacios de culto, educación y servicio comunitario dejó un profundo impacto y una recordada huella en el corazón de Villa Elisa.
Referencias: Libro de D. Hernández y memoria de los Amigos y Vecinos de Villa Elisa.
Posteo Facebook Padre Marcelo Cerniato.