
En una jornada de fuerte contenido político y simbólico, Cristina Fernández de Kirchner reapareció con un mensaje grabado desde su departamento en Constitución, tras cumplir el primer día de detención domiciliaria. Su participación —primero en diferido y luego en una breve salida en vivo— fue la respuesta al fallo judicial que ratificó su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en la causa Vialidad.
La expresidenta no ahorró críticas al Gobierno de Javier Milei ni a su ministro de Economía, Luis Caputo:
“Este modelo que encarna Milei se cae porque es injusto e inequitativo, pero fundamentalmente porque es insostenible en términos económicos. Tiene vencimiento como el yogurt”, ironizó Cristina, evocando los modelos de Martínez de Hoz y Cavallo. Y lanzó una frase punzante contra Caputo: “Mientras esto sucede, el impresentable de Caputo alquila dólares para simular que tiene reservas. Más chanta no se consigue”.
Desde el escenario simbólico de Plaza de Mayo, miles de personas cerca de un millón de personas se movilizaron en defensa de la exmandataria y en defensa de los derechos de los ciudadanos, en una de las mayores convocatorias peronistas del último tiempo. La marcha estuvo atravesada por el rechazo a lo que se considera una proscripción judicial y política, bajo la consigna de que “la cárcel de Cristina es un mensaje al campo popular”.
Cristina cerró su mensaje con una advertencia de tono épico:
“Pueden encerrarme a mí, pero no a todo el pueblo argentino. Los que están asustados no somos nosotros, son ellos”. El acto concluyó con canciones de fuerte carga simbólica: “Todo preso es político” de Los Redondos y “Pinturas de guerra” del Indio Solari.
La Plaza, una vez más, se convirtió en el epicentro de una disputa que trasciende lo judicial y revela el choque entre modelos de país.